Y bueno, ya tengo mas de una semana de jugo con los C500 y me siguen sorprendiendo por su suavidad y compostura. Asimismo, cada vez que inicio una sesión de escucha creo que van apareciendo mejoras, las que atribuyo a rodaje.
La caja es tan inerte y entrega un sonido tan honesto y tan natural que por momentos como que la paila pide algo más de viveza o picante.
No son absolutamente nada de aburridos, sino demasiado compuestos y muy laid back. Como que la caja absorbe mucho y los hace sonar algo secos. O, tal vez, son muuy alta fidelidad. Creo que requiere reeducar el cerebro respecto a cómo debe sonar la música cuando hay ausencia de coloraciones. Lo que más me sorprende es que cierras los ojos y te das cuenta que son tan maravillosos que para poder apreciarlos en su esplendor el sentido de la vista interfiere.
Son parlantes tan neutros que no te vuelan la cabeza como otros más pegadores, con bajos destacados, medios muy dulces o con agudos más agresivos. No, acá estamos frente a un parlante que reproduce todo en forma pragmática, que no es brillante ni calido, que no es rockero per se, si no que transmite el rock tal como viene de la grabación y que cautiva con una suavidad y ausencia total de grano y aspereza que hace que hasta la música más agresiva y estridentemente masterizada sea agradable y no canse.
La música sencilla, de un par de instrumentos o voces no se siente una maravilla, la entrega tal como es. No obstante cuando el asunto se pone complejo, con muchas capas de dinamicas diferentes, ahí es cuando te das cuenta por qué éstos son parlantes de nivel ‘referencia’. Jamás pierden la compostura ni se desordenan, presentan sin compresión y con altísima resolución y organización todas las piezas por complejas que sean.
Comparados con los Silver 300, el tema se pone interesante. Los Silver 300 son parlantes más vivos, tienen mayor pegada y los bajos tienen mayor extensión. No obstante se perciben sus limitaciones respecto a coloración, brillantez y sound stage. En realidad, los Silver 300 son buenos parlantes, pero definitivamente no son comparables a los Concept 500, estos últimos están en otra liga de transparencia, de belleza sonora, de neutralidad, y sobretodo de suavidad. Compararlos, es como comparar el andar de un Toyota con el aplomo y suavidad de un Mercedes. El Toyota es muy buen auto, pero claramente no es lo mismo ni nunca lo será.